Vida y Obra:

Nace en Machetá, pequeña población del Departamento de Cundinamarca, el 14 de noviembre de 1912, en el hogar formado por don Fulgencio Sánchez y doña Teresa Muñoz, el quinto de siete hijos; su hermana Teresa fue Religiosa de la Comunidad de las Hermanas del Buen Pastor.

Inicia su formación sacerdotal en la Escuela Apostólica de San Benito y de allí pasa al Seminario Mayor de la Arquidiócesis de Bogotá - Colombia, llegando a ser el primer Sacerdote ordenado de la Escuela Apostólica. Recibe la Ordenación Sacerdotal de manos de Monseñor Ismael Perdomo, el 6 de diciembre de 1937. Comienza su misión durante dos años como Coadjutor en la Parroquia de Pacho, población cercana a Bogotá, donde permanece dos años; de allí pasa como Párroco a Cabrera, lugar de difícil acceso, enclavado en el Páramo de Sumapaz, son tres años de duro servicio, que lo preocupa por lo que se interesa en la formación de la persona y el desarrollo de sus valores, mediante la educación de los niños y los jóvenes, que se cristaliza con la fundación del primer Colegio Parroquial.

En 1946 es nombrado Vicario en la Parroquia de Nuestra Señora de La Paz en el Barrio Santander, era la última de las comunidades cristianas del Sur de Bogotá, habitada por gentes sencillas, venidas de los campos, buscando mejores condiciones de vida para sus hijos. Por “la gran sensibilidad hacia el pobre que sufre las condiciones de vida más míseras y antagónicas…” se siente impulsado a trabajar en forma sencilla y adecuada para responder a las necesidades de sus feligreses, buscando por todos los medios, hacer de su parroquia una comunidad viva.

Es la educación de los jóvenes y los niños su gran preocupación considerando que es el medio privilegiado de evangelización en el sector: “… el Colegio Parroquial es el medio que…, elegí… para promover la comunidad parroquial; a través del Colegio se llegaría a la familia y a todos los miembros de la comunidad parroquial”. Además de la educación, organizó talleres de modistería y tejidos para la formación de la mujer; dispensarios para brindar a la comunidad servicio médico y odontológico, como también la distribución de medicinas y alimentos para lo cual los beneficiarios aportaban una cuota mínima, de esta manera se hizo la promoción humana y fortalecimiento de la comunidad cristiana.

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